¿Sabes que existe un tipo de marketing que te permite no ir detrás persiguiendo clientes diciendo “hola, tengo esto”? Esto es prospección a puerta fría como ya sabrás.
El slow marketing te recomienda hacer justo lo contrario. Como todo lo “slow”, hecho con amor y paciencia, trae mejores resultados a largo plazo, a diferencia de lo “fast”. No es más que marketing digital de contenidos y estrategias para ganar visibilidad, captar, y en una última fase convencer y vender.
¿Hasta qué punto vale la pena el marketing de contenidos?
El marketing de contenidos se dice que es lento, es cierto que es una técnica a medio largo plazo, no es inmediato, pero… ¿a caso algo es inmediato? Todo embudo de ventas necesita su proceso. No puedes pedirle dinero a una persona que te acaba de conocer, necesita un proceso de consideración, convencimiento y confianza.
Por tanto, el marketing de contenidos no es lo más inmediato, pero es la técnica más gratificante porque es la que mejores resultados te aporta. Porque una vez tienes a estas personas que te leen durante un tiempo o meses, creen en ti y en tu criterio profesional, perciben tu valor. Esto se traduce a una entrada estable y regular de potenciales clientes, vendiendo sin empujar.
La clave de proyectarte a gran escala
Esto quiere decir que son prospectos muy cualificados, si no les interesas, no siguen leyéndote o ya se hubiesen ido de tu BBDD. Pero siguen ahí, interesados y abiertos a que les vendas. ¿Qué es lo mejor de todo esto? Que tu con todas estas personas puedes proyectarte a gran escala con un solo clic desde tu ordenador. Haces un lanzamiento (promociones, campañas, ventas cruzadas, fidelizar, etc) y obtienes un retorno de conversión alto.
¿Qué necesito para empezar a hacer marketing de contenidos?
Tener en tu web una sección de blog, aquí puedes leer más sobre tu campamento base, LA WEB. La web es donde ocurre toda la acción de tu marketing, es donde sucede toda la estrategia y la magia. Las redes son una cantera de clientes potenciales que va muy bien en algunos casos para traer tráfico a nuestro campamento base, la web. Pero una vez llega tu prospecto a tu web, le das dos opciones: Comprarte o dejar contacto para trabajar el prospecto y venderle más adelante.
Si tus redes sociales no llevan a tu web, estás cortando el proceso y por tanto te será más difícil vender u obtener interesados. Es mucho más fácil guiar al cliente y ayudarle a tomar decisiones.
Como la web es el centro de tu estrategia, tiene que estar impecable. No solo debe ser bonita para dar una imagen profesional y generar confianza, sino a parte de bonita debe vender. Y esto último es algo que se olvida mucho en el diseño web.
¿Qué tal? ¿Te animas a probarlo? =D
Gracias por leernos.
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